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sábado 1 abril, 2023.

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Pedro Díaz de Toledo, judío converso y doctor en derecho civil y canónico, fue asesor real y entre los jueces que juzgaron y condenaron a muerte al condestable Álvaro de Luna.



Pero Díaz de Toledo, señor de Olmedilla, era un judío converso, doctor en derecho civil y canónico, que ocupó cargos importantes en la corte del rey Enrique IV, escritor y traductor, que ejercitó ocupaciones jurídicas en la corte y otros consagrados individuos. . de su tiempo.

Fue entre los jueces que juzgó y condenó a muerte al agente Álvaro de Luna. Fue asesor real.

En ciertos documentos se relata como doctor honrado Fue un considerable escritor del humanismo español del siglo XV, el llamado humanismo español.

Nació en Sevilla hacia 1410 en el seno de una familia de judíos conversos bien relacionados con la Corte. Su tío, Fernando Díaz de Toledo, fue cronista del rey Juan II. El orador era una figura vigorosa en la corte, secretario real en la burocracia de la monarquía castellana del siglo XV, solicitado de redactar reales decretos, crónicas y dataciones, aparte de notario. El escribio notas del oradorun compendio de manera y tipología de los documentos notariales castellanos de mediados del siglo XV.

Los antecedentes familiares de juristas fieles al rey influyeron en el carácter de Pedro. Fue un hombre franco y recto, que lo fue hasta su muerte, doctor honradoy esto le dejó gozar de la seguridad de la Corona y de otros a los que sirvió.

A lo largo de un buen tiempo se le confundió con su primo del mismo nombre, Pedro Díaz de Toledo y Orvalle, nombrado por el obispo de Málaga a solicitud de los Reyes Católicos tras la conquista de la región.

Estudió Derecho, probablemente en la Facultad de Valladolid, y completó sus estudios años después en la Facultad de Lleida donde se doctoró en Derecho Civil y Canónico.

Se casó con María de Ávila, el matrimonio tuvo tres hijos.

Como buen integrante de su familia, próximamente empezó a trabajar como letrado de la Corona.

En 1440 fue nombrado alcalde de Alzadas (funcionario de la Administración de Justicia que tenía funcionalidades de juez de apelación en segunda instancia de los alcaldes). Era un cargo de absoluta seguridad del rey Juan II.

Un año después fue nombrado Oidor de Audiencia (integrante de las reales audiencias, que actuaba como encargado del rey en la administración de justicia).

En exactamente las mismas datas fue postulado para el Referéndum, Escribanos de cámara, el conjunto burocrático mucho más elitista y eficaz de la administración real castellana del siglo XV.

En 1446 desempeñó una actividad jurídica para el marqués de Santillana, Iñigo López de Mendoza, sin dejar su vinculación con la Corte.

En 1448 fue nombrado alcalde del príncipe Enrique.

Fue entre los jueces que juzgó y condenó a muerte al condestable y predilecto del rey Juan II, Álvaro de Luna, en 1453. Un año después ingresó en el Consejo Real.

A lo largo del reinado de Enrique IV, su tarea como negociador de paz con Navarra y Aragón le valió el título de Señor de Olmedilla.

Como traductor, efectuó traducciones de proyectos latinas dedicadas al Rey y primordiales caballeros de su tiempo.

Tradujo proyectos que sirvieron para la educación del príncipe, el futuro Enrique IV, y para la biblioteca del Marqués de Santillana.

Su actividad jurídica más esencial fue el enchiridión, un trabajo en el que ha invertido varios años en la escritura. Es una suerte de compendio de derecho, extenso, documentado y exacto, un diccionario de los conceptos de derecho civil y canónico.

Su obra literaria, aparte de las traducciones a las que nos hemos referido, se compone de glosas en prosa y pequeñas proyectos dedicadas a sus amigos y mecenas como: el Marqués de Santillana, Gómez Manrique o el Conde de Alba de Tormes, entre otros muchos.

En los últimos tiempos de su historia estuvo al servicio de Alfonso Carrillo, arzobispo de Toledo.

Pedro Díaz murió en 1466 y está sepultado, adjuntado con su mujer, en la capilla mayor de la iglesia de Santa María, la de San Juan de los Caballeros, en Alcalá de Henares.

Joaquín de la Santa Cinta, autora de “50 héroes españoles olvidados” y “50 mujeres españolas poco comúnes”
(Fotografía: Compilación para el entierro del cuerpo de Don Álvaro de Luna, de José María Rodríguez de Losada. 1866. (Senado de España, La capital de españa).

Para entender mas:

  • Diccionario biográfico. Real Academia de la Historia.
  • Herrero Prado, José Luis. Ma Díaz de Toledo, Señor Olmedilla.
  • Herrero Prado, José Luis. El Enchiridón de Pero Díaz de Toledo.
  • Cañitas Gálvez, Francisco de Paula. La diplomacia castellana a lo largo del reinado de Juan II: la participación de letrados de la Real Chancillería en las embajadas reales. mcu. Anuario de estudios medievales.

Fuente: elcorreodepozuelo

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